Tecnologías para impulsar tu negocio

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Business Review (Núm. 322) · TIC

Inteligencia artificial (IA), robótica, drones, realidad aumentada, gemelos digitales, impresión 3D, 'Internet of Things' (IoT), 'blockchain'… Por separado, estas tecnologías ofrecen interesantes posibilidades de negocio; pero, aplicadas en diferentes combinaciones, abren un abanico de oportunidades impensables hasta la fecha. Más allá de la IA, el 'blockchain' o el IoT, ¿qué herramientas tecnológicas pueden impulsar a tu empresa hacia un futuro prometedor?

Almon B. Strowger (1839-1902) tenía una funeraria en Kansas City. Su situación era desesperada: casi todos los clientes acudían a su único competidor. Su esposa trabajaba como operadora en la compañía de telefonía local, y cuando le decían: “Póngame con la funeraria”, indefectiblemente dirigía la llamada a la empresa de su marido. Entonces, Strowger tuvo una idea genial. Ideó un sistema de conmutación automático, sin operadoras (al menos, a nivel local), conocido como Strowger Switch. Lo patentó en 1891 con tanto éxito que cerró la funeraria que pretendía salvar y creó la empresa Strowger Automatic Telephone Exchange, y siguió patentando invenciones. Curiosamente, poco más tarde, vendió sus acciones y las patentes, compró varios inmuebles y fundó otra funeraria.

En este artículo se explican algunas de las tecnologías que hay más allá de la inteligencia artificial (IA), el blockchain o el Internet of Things (IoT) y que están revolucionado el terreno de juego, como Strowger lo hizo hace 131 años en el negocio de la telefonía. Para crear una panorámica general de su uso en las organizaciones, se analiza su rentabilidad, las oportunidades de negocio que generan, sus implicaciones en temas como la formación de los empleados y el liderazgo y los problemas éticos que plantean.   

 

Robótica

Los robots llevan mucho tiempo entre nosotros; son frecuentes en industrias manufactureras con operaciones de cariz muy repetitivo, como las cadenas de producción de automóviles, electrodomésticos o equipos electrónicos. No obstante, en los últimos años están apareciendo nuevas variedades de robots, más especializados y que cubren un mayor número de aplicaciones. Una de las características principales de la actual revolución es el uso combinado de distintas tecnologías, por lo que cada vez habrá más robots que basen su funcionamiento en aplicaciones de IA, IoT, tecnología 5G, realidad aumentada y energías renovables. Y aunque, actualmente, ya estamos acostumbrados a la forma y el funcionamiento de los robots industriales, tendremos que empezar a familiarizarnos con los robots humanoides, destinados a prestar servicios a las personas, cuyas prestaciones e interacción serán cada vez más parecidas a las de los seres humanos.

 

Formación de los empleados. En algunas industrias ya trabajan juntas personas y máquinas robotizadas. En estos casos, los cobots (robots que comparten tareas con seres humanos) ayudan en acciones que implican mover peso o que pueden generar situaciones de riesgo para la salud del trabajador. Para que esta colaboración funcione, por una parte, es necesario que los trabajadores reciban la formación adecuada. Por otra, como, frecuentemente, los robots industriales deben ser supervisados por humanos, estos deben ser capaces de interpretar las situaciones en que se requiere su intervención y la toma de medidas correctoras.

 

Liderazgo. Las decisiones respecto a la implantación de sistemas robóticos en las empresas deben estar bien fundamentadas no solamente desde el punto de vista de la reducción de costes, sino también desde el enfoque de fiabilidad, seguridad y calidad, tanto en los procesos como en el producto o servicio final, y deben tener en cuenta el impacto emocional sobre el conjunto de los trabajadores, ya que puede provocar problemas de motivación y compromiso por la incertidumbre que puede generarles con relación al futuro de su puesto de trabajo. 

 

Problemas éticos. La sustitución de trabajadores por robots tiene una dimensión económica, pero también una dimensión ética, por la desaparición de puestos de trabajo y de interacción humana que comporta. Esto invita a pensar que cada innovación tecnológica debe tener en cuenta su dimensión humana y social. Naturalmente, esta es, como tantas, una moneda de dos caras: los robots también aportan ventajas desde el punto de vista ético y social. En la fábrica de la empresa automovilística SEAT, en Martorell, los robots hacen los trabajos más repetitivos, y los trabajadores son formados para poder realizar tareas distintas, para evitar el tedio de hacer siempre lo mismo. Los cobots (robots colaborativos) presentes en esta industria ayudan a los trabajadores a mover piezas pesadas, evitando la fatiga y las lesiones físicas por sobrecarga y reduciendo los accidentes.

Los robots que se utilizan en minas, tanto en su explotación como en su seguimiento una vez son abandonadas, evitan que sean personas las que corran riesgos por la peligrosidad que esta actividad implica, con situaciones potenciales de falta de oxígeno, presencia de gases tóxicos o explosivos, derrumbamientos y galerías inundadas.

 

Rentabilidad y casos de uso. Un fabricante francés de robots explicaba a un reportero que el precio de su robot era de medio millón de euros. “¿Cree usted que vendo muchos?”, le preguntó al reportero. “Supongo que no”, contestó él. Esta fue la respuesta del fabricante: “¡Se venden como churros! Uno de estos robots hace el trabajo de seis operarios. Haga números”.

Aunque pueda pensarse que la adquisición e instalación de un robot en un proceso productivo o de prestación de servicios implica un esfuerzo financiero importante y con un largo plazo de retorno, cada día es más fácil incorporar estos recursos en las empresas, ya que su combinación con otras tecnologías puede reducir su coste sensiblemente.

Una nueva generación de estos dispositivos son los robots “sin cerebro” (brainless robots). Estos robots usan aplicaciones de IA, tecnología 5G y servicios en la nube (cloud computing). Esta “falta de cerebro” ofrece, paradójicamente, solución a diversos inconvenientes de los robots “con cerebro”, relacionados con su coste, peso, volumen y consumo energético. Y es que los robots “sin cerebro” prescinden de la mayor parte del procesador, cuya actividad se lleva a cabo en la nube (desde la que, además, se pueden controlar un gran número de ellos), lo que los hace más baratos, pequeños, livianos y ahorradores.

Igualmente, del mismo modo que una empresa puede disponer de una impresora de altas prestaciones sin necesidad de efectuar un gran desembolso inicial, los robots pueden ser también objeto de facilidades como el renting, licencias de pago por uso o incluso tarifas planas por días u horas. A modo de ejemplo, en China, país que ha realizado un gran paso adelante tecnológico, están proliferando los “robots-camarero”, muy útiles en un lugar en el que los hábitos gastronómicos conllevan el consumo de una cierta variedad de pequeños platos1. Estos robots tienen funciones muy limitadas, lo que los hace bastante sencillos y económicos, y pueden incorporarse a las empresas sin demasiada dificultad. También se está generalizando el uso de dispositivos robotizados para almacenes logísticos y para el reparto a domicilio.

 

Drones

Los drones, aeronaves no tripuladas, no son, por ahora, dispositivos de aplicación generalizable en el mundo empresarial. En primer lugar, porque su utilidad se limita a sectores muy concretos, quedando excluidas un gran número de actividades económicas, y, segundo, porque su uso está muy regulado y presenta limitaciones relacionadas con la seguridad, el tamaño, el peso, el alcance de la señal y la autonomía del dispositivo. De hecho, las empresas dedicadas al reparto de última milla sueñan con utilizarlos masivamente (su utilización sortea y descongestiona los desplazamientos terrestres, y puede resultar más eficiente en términos de energía y tiempo, en función de los parámetros de su uso), pero, por ahora, salvo en algún entorno geográfico particular, chocan con limitaciones legales.

Aun así, los drones tienen gran utilidad en actividades de supervisión y captación de imágenes aéreas. Obviamente, porque los costes de adquisición de estos dispositivos son mucho más económicos que los de aviones o helicópteros. Además, tienen cada vez más usos potenciales, avalados por los constantes desarrollos de software, su combinación con otras tecnologías y el creciente uso de las energías renovables con las que recargar sus baterías, incluso en lugares remotos.

 

Formación de los empleados y liderazgo. Frecuentemente, se acusa a las nuevas tecnologías de la destrucción de puestos de trabajo, algo que se suele excusar argumentando que, a la vez, crean otros nuevos. El caso de los drones es un buen ejemplo de ello: los pilotos de helicóptero y avioneta, o los guardas forestales, tendrán menos trabajo a medida que se generalice el uso de drones, pero los drones precisan, cuando se trata de situaciones no repetitivas, de un piloto en tierra, es decir, un operador que controle sus movimientos.

 

Problemas éticos. El principal problema ético de los drones deriva, posiblemente, de su origen (los primeros dispositivos fueron, como ocurre con muchas tecnologías, de aplicación militar) y del uso que se les da en esos contextos. Pero, circunscribiendo la cuestión al uso civil, las principales cuestiones éticas surgen en el entorno de la privacidad y la seguridad de las personas (y de las empresas y organizaciones), que pueden ser observadas sin permiso. Asimismo, se ha detectado el uso de drones en actividades delictivas, como, por ejemplo, el narcotráfico. Se trata, como es habitual, de una tecnología para la que es necesario desarrollar una normativa adecuada, como ya se ha hecho en numerosos países.

 

Oportunidades de negocio y casos de uso. Actualmente, SEAT está desarrollando un proyecto con la agencia Eurecat denominado Indoor: Autonomous Flying Platform, para el uso de drones en sus instalaciones, con la finalidad de optimizar sus funciones logísticas internas. No es el primero, ya que la compañía inauguró hace tiempo un sistema de suministro de componentes con drones, que une las cercanas instalaciones de la empresa Sesé, proveedora de volantes y airbags, con la fábrica SEAT de Martorell.

Otro caso de uso es el de la empresa ULMA Handling Solutions, que combina drones y tecnología de lectura de códigos de barras para realizar el inventario de sus almacenes, evitando tener operarios dedicando muchas horas a ello y ponerlos en peligro al escalar los estantes para hacer el contaje.

Los drones también aportan ventajas en actividades tan tradicionales como la construcción, gracias a sus prestaciones a la hora de reconocer el terreno de forma detallada y tomar imágenes de las obras con gran precisión, que pueden superponerse a los planos, y controlar así defectos, errores y desviaciones de las construcciones.

 

Realidad aumentada

Las tecnologías de realidad aumentada (RA) transforman datos y análisis en imágenes, sonido y otros estímulos sensoriales, incluso en animaciones, que son superpuestas sobre objetos reales. Esta tecnología puede ser usada desde un dispositivo tan común como un teléfono inteligente, si bien para su uso industrial es más frecuente hacerlo con dispositivos acoplables, como una pantalla integrada en un casco de trabajo o gafas inteligentes.

Una utilidad muy habitual de la tecnología de RA es la de “manual del usuario” de maquinaria industrial, que permite al usuario ver (u oír) las instrucciones con imágenes superpuestas a la máquina que tiene delante. También es frecuente su uso para labores de mantenimiento o reparación de máquinas: el operario puede ver el botón que tiene que pulsar, el tornillo que tiene que aflojar o si los pilotos deben estar encendidos o apagados. En edificios en los que se haya tenido en cuenta esta tecnología al hacer instalaciones, un operario puede “ver”, a través del falso techo, del suelo o de las paredes, por dónde van los cables, los tubos y los conductos de aire o dónde están los elementos estructurales. Muy útil tanto para operar sobre ellos como para evitarlos, si debe realizar una perforación.

Aunque las herramientas de RA no son especialmente caras (existen diversas apps en el mercado a precios razonables), en casos específicos, el desarrollo de una solución a medida puede resultar más costoso. No obstante, el uso de tecnologías de RA puede ahorrar muchas horas de aprendizaje, uso, mantenimiento y reparación de bienes de equipo e instalaciones, disminuyendo el número de errores, obviando consultas al proveedor y ahorrando también acciones de búsqueda (catas o desmontajes innecesarios), roturas y accidentes.

Las tecnologías de RA requieren una cierta habilidad para ser capaz de observar y comprender lo que se está mostrando (suele haber, en primer término, la imagen generada por la aplicación de RA y, en segundo plano, la imagen del objeto real). No obstante, el ser humano está acostumbrado a interpretar imágenes a través de todo tipo de dispositivos, de modo que la adaptación es prácticamente inmediata. Solo es necesario conocer cómo funciona cada aplicación y cómo dar ciertas órdenes a la misma.

 

Oportunidades de negocio y casos de uso. La empresa que ofrece esta tecnología junto con sus productos o servicios (ya sea en entornos B2B o B2C), generalmente, logra incrementar el valor al cliente y su nivel de satisfacción, así como ahorrar costes y mejorar su competitividad.

Un ejemplo de RA dirigida al consumidor final es el caso de IKEA, cuya aplicación de RA permite seleccionar un producto y “proyectarlo” sobre el rincón del hogar en el que se tiene previsto colocarlo. Ello puede favorecer el impulso de compra, al reducir las dudas que el cliente pueda tener al respecto, y evitar devoluciones posteriores.

Asimismo, algunas tiendas Ralph Lauren tienen espejos inteligentes (smart mirrors), ante los cuales el cliente posa con diferentes modelos y observa cómo le quedan, sin necesidad de probarse la ropa físicamente. Esto ahorra tiempo y trabajo en la tienda, reduce la manipulación de las prendas por parte de empleados y clientes y ayuda a estos últimos a encontrar su modelo preferido.

También existen aplicaciones que pueden usarse desde casa para probarse prendas y complementos antes de comprarlos en línea, como la que ofrece Project Lobster para sus gafas.

 

Gemelos digitales

En los años 70, se realizaron en Alemania algunos crash tests para demostrar la notable mejora que supuso la instalación del cinturón de seguridad en los automóviles. Lo que hizo peculiares a estas pruebas de choque fue que los automóviles probados eran conducidos por personas. Afortunadamente, la mayor parte de los crash tests se han hecho y se hacen con los muñecos conocidos como dummies, utilizados por primera vez en 1949. Estos dummies son gemelos de los humanos, tienen características físicas similares y permiten observar los daños que provoca un accidente.

Una evolución de esta idea son los gemelos digitales (digital twins). Se basan en una representación virtual de los elementos y de la dinámica operativa de un sistema (una máquina, una fábrica, un edificio) con ayuda del Internet of Things (IoT), realidad virtual y realidad aumentada, entre otras tecnologías, no solamente en un momento concreto, sino a lo largo de todo su ciclo de vida.

Esta tecnología puede servir para diseñar, construir y operar un dispositivo, máquina o instalación. Y esto se traduce en un mejor, más rápido y más económico diseño, fabricación e incluso funcionamiento del producto o activo una vez ya está en manos del cliente. En este caso, la retroalimentación que recibe el primer fabricante sirve para mejorar sus productos en el futuro.

Los gemelos digitales se basan en análisis de una gran corriente de datos, con los cuales se pueden practicar pruebas, cambios de parámetros, ensayos, simulaciones, mediciones y cálculos de forma mucho más sencilla y económica que si se realizaran sobre el original físico.

La representación que ofrece el gemelo digital puede tener aspecto bidimensional o tridimensional, incluso un gran realismo, y proporciona filtros que permiten observar aquellos aspectos que tienen mayor interés para el observador. Un gemelo digital puede incluso recoger datos sobre el contexto de la industria en que opera su cliente, y podrá ser diferente para un mismo producto, en caso de que este último tenga usos diferentes. Por ejemplo, una válvula que es utilizada en una fábrica de lubricantes y una que se emplea en un generador eléctrico tendrán gemelos digitales distintos, puesto que las circunstancias de su uso son diferentes.

 

Rentabilidad. La rentabilidad del uso de gemelos digitales proviene, en primer lugar, del hecho de que cualquier ensayo o prueba sobre una representación virtual es más rápido y económico, y carece de efectos indeseados (consumo excesivo de energía, generación de residuos, accidentes). Además, el seguimiento en tiempo real del uso de los dispositivos físicos ofrece una gran cantidad de información útil, al tiempo que ayuda a realizar previsiones, mantenimiento preventivo, un mejor servicio al cliente y una mejor relación con el mismo. Naturalmente, es importante asegurarse de que las eficiencias conseguidas con esta tecnología superarán el coste de su adquisición o desarrollo.

 

Formación de los empleados. La aplicación de gemelos digitales es desarrollada por empresas especializadas y ofrece un gran número de posibilidades. Su utilización, en principio, está reservada a niveles de dirección de operaciones, dirección de planta, diseño y desarrollo de producto y similares, de modo que se trata de perfiles que ya están usando diversas herramientas tecnológicas en su día a día.

Los propios desarrolladores de la tecnología suelen ser los que forman a los usuarios, que, en ocasiones, pueden ya estar familiarizados con ella, puesto que, probablemente, han participado de un modo u otro en su desarrollo o implantación, por su conocimiento directo del sistema sobre el que debe aplicarse. 

 

Liderazgo. La implementación de esta tecnología en una empresa es una decisión de un cierto calado, puesto que no se trata de un simple software: un gemelo digital implica una integración importante de instalaciones, máquinas y otros activos, componentes, datos, actividades e incluso, como se ha indicado, información proveniente del uso que el cliente hace del producto o servicio suministrado por la empresa. Por lo tanto, no suele ser una tecnología a adoptar de forma parcial, sino integral. Solamente en aquellos casos en los que se desee hacer un uso limitado de esta tecnología (como, por ejemplo, circunscribirla únicamente al diseño de producto), se trataría de una implantación relativamente sencilla.

 

Casos de uso. BMW está desarrollando, con el proveedor de tecnología Nvidia, una aplicación que puede simular 31 fábricas de la empresa. Todos los elementos (edificios, instalaciones, maquinaria, robots y componentes) forman parte de esta simulación, que, combinada con IA, puede elaborar casos de uso como la introducción de robots autónomos, el mantenimiento preventivo, análisis de datos... El directivo de BMW Milan Nedeljkovic afirma que, gracias a los gemelos digitales, los procesos de planificación serán un 30% más eficientes.

 

Impresión 3D

La impresión 3D, también conocida como manufactura aditiva (additive manufacturing), no es, por ahora, una tecnología de uso generalizado en lo relativo a la producción en masa, aunque sí hay algunas empresas que la utilizan (ver el cuadro 1).

 

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Sus puntos fuertes son la personalización: ofrecer productos a medida, producir piezas con características mejoradas, comparadas con aquellas producidas mediante el uso de moldes u otros medios tradicionales, y la posibilidad de responder rápidamente a cambios en la demanda. Sus puntos débiles son una velocidad de producción relativamente baja, un coste por pieza relativamente alto y un uso limitado a un cierto número de materiales.

Esta tecnología comporta realizar una importante inversión en bienes de equipo, puesto que estos dispositivos, al ser aparatos de alta precisión, tienen un alto precio unitario. Además, dado que la manufactura aditiva no tiene demasiada aplicación en la mayor parte de actividades de producción en masa, debe dirigirse a productos más segmentados, con alto valor añadido.

Una de las excepciones a esto último es la fabricación de diferentes tipos de circuitos integrados usando esta tecnología, que permite, además de altos estándares de calidad y eficiencia en su fabricación, ahorro de espacio y material, ya que se imprimen directamente sobre las paredes de los dispositivos, ahorrando operaciones de ensamblaje, volumen y materiales utilizados. Esta tecnología está aportando eficiencia, calidad y nuevas prestaciones a sectores como el de las prótesis médicas, piezas de ingeniería sofisticadas y de alta resistencia, calzado técnico o piezas de recambio de baja producción.

Un caso particular son las impresoras 3D que buques militares, también de uso civil, llevan a bordo para fabricar in situ, y ante una necesidad sobrevenida, piezas de recambio de la propia nave sin necesidad de recalar en un puerto o solicitar asistencia técnica por otros medios.

 

Formación. La manufactura aditiva funciona sin intervención humana durante la mayor parte de su proceso, pero las personas que interaccionen con ella deben tener la adecuada capacitación. Asimismo, aquellos trabajadores involucrados en el diseño de prototipos, componentes y productos fabricados con esta tecnología deben adaptarse a ella, puesto que el diseño de piezas para ser producidas en 3D es distinto al que se utiliza para el resto de tecnologías.

 

Casos de uso. Algunas empresas han comenzado a utilizar la fabricación aditiva para la producción a gran escala. Un ejemplo es Adidas, que, en alianza con Carbon 3D, compañía especializada en impresoras 3D de alta velocidad, produce de forma masiva una nueva suela para sus zapatillas deportivas, sin prescindir de sus sistemas productivos tradicionales para el resto de productos.

Es importante remarcar que si una empresa planea sustituir una cadena de producción masiva basada en el uso de moldes de inyección, o actividades de acoplamiento de piezas, por manufactura aditiva, debe tener presente que ello supone un importante reto a nivel financiero, operativo, de homologación, de personal y de relación con clientes y proveedores.

La empresa Incodema3D, de Freeville (Nueva York), diseña y produce, principalmente, componentes para la industria aeroespacial, además de componentes para dispositivos médicos. Gracias a la tecnología de impresión 3D, que aplican con diversos metales como el aluminio, el titanio, el cobalto y distintas aleaciones, ofrecen a sus clientes un período de tiempo más corto para el lanzamiento de nuevos productos, mayor economía de materiales y componentes más ligeros y resistentes. Esta mayor resistencia proviene del hecho de que componentes complejos como, por ejemplo, turbinas para aviones, son realizados de una sola pieza, evitando soldaduras y acoplamientos que pueden convertirse en puntos débiles con el paso del tiempo o en condiciones extremas de calor o rozamiento.

Las posibilidades de personalización de esta tecnología se ponen también de manifiesto en la alianza entre Formlabs, de Somerville (Massachusetts), y Medit, de Seúl (Corea del Sur), que combinan escáneres dentales e impresión 3D para crear piezas dentales personalizadas, mientras el paciente está sentado en el sillón del dentista.

La empresa alemana BMF fabrica bienes de equipo y tiene clientes por todo el mundo, que deben elegir entre mantener un stock de piezas de recambio (que, por sus características, son bastante caras), o bien asumir altos costes logísticos cuando necesitan urgentemente una pieza. Cuando sus clientes lo son también de la compañía norteamericana Markforged, empresa de impresión 3D líder en crecimiento, pueden imprimir sus piezas usando la versión digital de la pieza facilitada por BMF, en régimen de pago por uso. 

 

Conclusión

Existen muchas otras tecnologías que no se han tratado en este artículo y que en un futuro no muy lejano tendrán una fuerte incidencia en el mundo empresarial y en la sociedad, como pueden ser la computación cuántica (ahora mismo en manos de pocos, como Alibaba, Google, Hewlett-Packard, IBM o Toshiba, aunque el ordenador cuántico de IBM es de acceso público) o el metaverso, que combina muchas de las herramientas explicadas (realidad aumentada, realidad virtual, IA, IoT, 5G y 6G…). Asimismo, nuevas biotecnologías, nanotecnologías, tecnologías de materiales, semiconductores y energías renovables también tendrán su protagonismo y supondrán grandes oportunidades de negocio.

Será crucial tomar las decisiones correctas en cuanto a la implementación de las mismas, asegurándose de conseguir incrementos en la productividad, calidad, seguridad y satisfacción del cliente que superen el esfuerzo de inversión y adaptación necesario, y siempre sin olvidar el bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad de las actividades.

 

Referencias
1. Almirall, E. “La sutil invasión de los robots ‘low-cost’”. VIA Empresa, 5 de enero de 2021, www.viaempresa.cat
» https://www.automate.org
» https://automotivetestingtechnologyinternational.com

Ernest Solé

Profesor del Área de Operaciones y Tecnología de la UPF Barcelona School of Management ·

Ernest Solé Udina (Barcelona, 1964) es Doctor en Empresa, Finanzas y Seguros por la Universitat de Barcelona, Máster de Investigación en Empresa, Finanzas y Seguros y licenciado en ADE. Diploma 'Radical Innovation' del Massachusetts Institute of Technology (M.I.T., Boston, USA). Pertenece al Core Faculty de la UPF Barcelona School of Management, siendo Senior lecturer del Área de Operaciones y Tecnología de la misma, con docencia en catalán, castellano e inglés, en Finanzas, Contabilidad y Dirección de Operaciones y Cadena de Suministro, y experto en realización de materiales docentes para cursos de formación in-company. Es también profesor Asociado de Dirección de Operaciones en la Universitat Pompeu Fabra, Director de la Cátedra API-UPF, miembro de la Comissió de Política Lingüística y tutor de los estudiantes de Doble Grado Administración y Dirección de Empresas/Derecho, e International Business Economics. Su Tesis Doctoral versa sobre los factores que influyen en las decisiones de inversión de la industria del Capital Riesgo en el sector Biotecnológico, siendo su área de investigación las decisiones de financiación en empresas de alta tecnología con presencia de alto grado de asimetría informativa.

Ha ejercido diversas responsabilidades en los sectores financiero y logístico, así como en la consultoría de empresas de alta tecnología y startups, y valoración de empresas de biotecnología, a lo largo de más de veinte años. Ha sido profesor en diversos centros universitarios, como la Universitat de Barcelona, Elisava, Tolouse Business School y Escola Superior de Comerç Internacional (ESCI). Ha ejercido como consultor para la Fundació Emprèn (Programa Consolida't de la Generalitat de Catalunya, en el Col·legi de Periodistes de Catalunya). Ha ejercido como jefe de estudios de la UPF-Barcelona School of Management entre 2019 y 2021. Miembro de l'Associació Catalana de Comptabilitat i Direcció (ACCID), ha publicado diversos artículos en monográficos del mismo, y ha coordinado y presentado ponencias en algunos de sus congresos.  

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Susana Domingo

Profesora del Área de Estrategia y Emprendimiento y directora del EMBA y del MBA Full-Time de la UPF Barcelona School of Management ·