En marketing, los aspectos psicológicos y los elementos emocionales, a veces emotivos, que llevan a que una determinada campaña de comunicación cale en los consumidores, a que un packaging o una distribución concreta en el lineal hagan la diferencia entre un producto u otro tienen una importancia capital. Es esencial, por tanto, tenerlos en cuenta, gestionarlos y trabajarlos adecuadamente; con ellos nos jugamos el éxito.