El arte ha estado presente en la vida de los seres humanos prácticamente desde el momento en el que a uno de ellos se le ocurrió plasmar un dibujo en la pared de una cueva. La creatividad de este primer “artista” bien podría haberse convertido en la primera manifestación de lo que, miles de eras después, se denominaría “márketing”. Lo cierto es que el arte como medio de expresión
ha estado siempre a nuestro alrededor, envolviéndolo todo e influenciándolo todo. También al márketing. Hoy en día, los publicitarios recurren al mundo del arte como referencia constante al igual que lo hicieron en el pasado, cuando era práctica habitual en la industria
de la publicidad contratar a artistas reconocidos para la elaboración de piezas publicitarias.

Arte y márketing han ido siempre de la mano porque tienen mucho en común. Para empezar, la pasión que es necesaria para emocionar al consumidor a través de una buena campaña es comparable a la que necesita el artista para emocionar al público. Y, en ambos casos, la
creatividad es un medio de expresión fundamental que, además, permite diferenciarse de la competencia. Colores, formas, estilos, nuevas
expresiones… La vertiente más creativa e impactante del arte tiene un papel relevante en las campañas de márketing de cada vez más empresas. En este dossier mostramos algunas buenas experiencias en este sentido.